10 julio 2004

Barbacoas

Esta noche, si el tiempo no lo impide (lleva todo el día nublado en la meseta) celebraré con mis amigos la n-sima barbacoa veraniega nocturna. Ya ni me acuerdo cuantas hemos celebrado y, pese a teorías ya explicadas, se ha apuntado bastante gente. Es ya como una tradición. Bien es cierto que no hay el desparrame de antaño, pero bueno, tal y como están las cosas no hay que quejarse.

Estaba preparando los adminículos necesarios para jornada barbacoril. A saber. Dos neveras, un pincho, un cuchillo afilado, una parrilla, lumo y papel albal. La comida (cada vez más) y la bebida (cada vez menos) la iremos a comprar esta tarde. Me acabo de dar cuenta que el 80% de las cosas necesarias para la barbacoa las llevo yo. Aunque solo sea por eso, si no fuera hoy me echarían de menos :-).



Leí no hace mucho que las barbacoas despiertan los instintos primarios masculinos. Yo con estos sesudos estudios me descojono. Pero quizás lleven razón. Dice el estudio que en las barbacoas volvemos a la época de las cavernas, que el hombre se identifica con hacer la barbacoa y la mujer se queda en un segundo plano. Lo primero podría ser, pero lo de que la mujer se quede en segundo plano, no se lo cree nadie :-)