05 agosto 2004

Reloj, no marques las horas

Mi reloj atrasa. me enteré ayer. Lejos de ser una tragedia, sentí bastante indiferencia. Llevo unos meses en los que mi vida, en general, no depende de que hora sea, y eso tiene sus ventajas. Puedes despreocuparte de buscar el reloj (ya que no sirve para mucho) y salir a la calle con la muñeca desnuda.

Siempre he sentido simpatía por toda aquella gente que no lleva reloj. Yo de hecho no me lo pongo casi nunca a menudo. Siempre me lo quito al llegar a casa y muchas veces me olvido de ponérmelo cuando salgo. No siento el reloj como un complemento necesario y puedo vivir perfectamente sin él, tanto a nivel operativo como estético.

Que yo recuerde he debido tener solamente 3 o 4 relojes en mi vida, todos regalados (síntoma claro de que no me apasionan, nunca me he comprado ninguno para mí). Hagamos memoria: El típico casio digital que estuvo de moda en los 80, un swatch bastante hortera que me regalaron hace muchos años por mi cumpleaños, un Viceroy (probablemente falso) que no recuerdo quien me lo regaló y el Festina que tengo ahora.

Puestos a elegir, no me gustan los relojes ostentosos ni que llamen la atención. Ni chapados en oro, ni water resistant, ni que vengan con barómetro o calculadora incorporada. Me gustan los relojes clásicos, de manecillas de toda la vida, sin mayores aspiraciones.

Ahora ya casi nunca pasa (todos somos exclavos del tiempo y los que no tienen reloj, miran la hora en el movil, yo casi siempre), pero antes, el hecho de que alguien te preguntase la hora era la constatación de que había más gente como tú. Y eso reconforta.