25 septiembre 2004

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La cosa no pintaba excesivamente bien, y se está desarrollando conforme a lo previsto. Otro finde en casa, sin salir, sin reir, sin apenas sonreir. Soy especialista en sufrir los sábados, los metabolizo lentamente, dejandome ir por la rutina. No hay dolor, no hay dolor. Hay llamadas que me devuelven un poco la vida, pero al colgar vuelve la abulia. Hay analgésicos que mitigan la fatiga mental, pero nunca la erradican. Hay desconexiones pero la mente sigue trabajando. No me queda otra, voy a tener que drogarme. Voy a comprar el partido del Madrid y me iré a dormir, que mañana prontito corre el Nano.