19 diciembre 2004

Agendas

Históricamente he sido bastante amigo de las agendas. En los últimos días de diciembre siempre me compraba una cara y reluciente agenda, que se convertía en mi inseparable compañera durante el largo año. Me gustaba planificar todo, tener mis tiempos controlados, saber cuando tenía los exámenes, las citas, los cumpleaños, cuando era el último día para pagar recibos, hacienda, etc, etc. La agenda era mi amiga fiel porque siempre estaba alli cuando la necesitaba y yo me preocupaba por ella. Y ella respondía y me avisaba. Me hacía un servicio.

Una curiosidad añadida es que tengo guardadas casi todas las agendas que he usado. Son como el archivo de tu blogs personal, un flashback de algunos retazos de tu vida, pinceladas de momentos puntuales del pasado que por algún motivo fueron "importantes". Casi nunca las releo, pero siempre están ahí para buscar ese telefono perdido o esa fecha destacada.



Al reflexionar esta mañana sobre las cosas que debería hacer estos días, he echado mano de mi agenda de 2004 para quizás apuntarlo todo y hacerme un planning. Y ojeando un poco me he dado cuenta que está sin usar, apenas he apuntado nada este año. Está nuevecita. ¿Descorazonadora metáfora de un año en blanco?. Es posible, pero si algo tengo claro es que voy a hacer dos cosas: a) tirar la agenda 2004 a la basura. b) Comprarme una agenda para el 2005 y llenarla, llenarla todo lo que pueda.