06 mayo 2005

De apreturas y angosturas

No estoy acostumbrado a ir a trabajar a la urbe en transporte público. Ir como sardinas en lata nunca me ha gustado (supongo que a nadie le gusta) pero hoy he batido todos mis records y he dejado pasar dos metros ante el cariz que estaban tomando los acontecimientos (parecía eso el metro de Osaka en hora punta, solo faltaban los empleados empujando). Asfixia obliga. En fin, supongo que será cuestión de acostumbrarse. Estoy en pleno periodo de adaptación ante la insanidad de la texitura.