09 septiembre 2005

El mensajero despistado

Así fue la sorpresa. Me presento en su portal a las 9:45 AM con dos rosas rojas compradas en una floristería cercana (que tuve que buscar en google, claro). Me las arreglo para que me abran la puerta del portal (complicado, me da vergüenza mentir al telefonillo), subo hasta su piso y le dejo una de las rosas con una nota en su puerta. Vuelvo a bajar a la calle. La llamo ...

Ella: Hola, como que llamas tan pronto.
Yo: Tenía que hacer cosillas. Estoy en la calle.
Ella: ¿Como estás?
Yo: Expectante.
Ella: ¿Y eso?
Yo: Es que te voy a regalar algo.
Ella: ¿El qué?
Yo: Abre la puerta y lo verás.
Ella: No, Jean, no.
Yo: Abrelaaaa.


(Pasan 3 minutos intentando convencerla para que abra)



Ella: Voy a abrir (Silencio).
Yo: ¿Ya lo has visto?
Ella: Sí, es una rosa.
Yo: ¿Una rosa? ... Le dije al mensajero que eran dos
Ella: Pues aquí solo hay una.
Yo: Pues se habrá despistado el mensajero. Eran dos.
Ella: Es igual.
Yo: No, no ... no es igual ... (tono decepción)
Ella: No te preocupes, de verdad ...
Yo: No, no. Esto habrá que solucionarlo ...


Y dos segundos después se abre el ascensor y aparezco yo con otra rosa en la mano.

Las cosas del cuore es lo que tienen ...