08 abril 2007

Ya lo arreglaré mañana

Es curioso, pero cuando más asfixiado y preocupado debería estar, cuando las vacaciones acaban y el domingo debería pesar sobre mi conciencia como una losa por no haber cumplido la planificación del trabajo, me esta pasando algo raro, algo que no me pasaba hace mucho tiempo. Y ese algo raro es que no estoy preocupado. La acostumbrada asfixia dominical, tan conocida en este blog, ha dado paso, quizás excepcionalmente, a una mezcla entre pasotismo y resignación, a una sensación de falsa tranquilidad que no me es del todo desconocida.

Y es que esta sensación es algo muy parecido a lo que en mi época universitaria llamábamos "Throwing the towel". Ese momento posterior a decidir no presentarte a un examen, era una especie de liberación, una catarsis. Tampoco es que lo practicara mucho, pero prefería no presentarme a suspender. Sabías que tendrías problemas en el futuro, que no era solución, pero aun así, esas horas vivías como anestesiado pensando en que ya lo arreglarías. Ahora mismo mi pensamiento es que "ya lo arreglaré mañana". Sin duda una actitud peligrosa, porque funciona como las drogas, siempre deja secuelas. Y mañana está siempre más cerca de lo que parece.

PD: Después de releer el post, me doy cuenta que lo peor no es no haber cumplido con el trabajo, lo peor es no haber disfrutado de las vacaciones.

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