11 septiembre 2008

Teoría del cortoplacismo ocioso

No se si os pasa a vosotr@s, animales de oficina, pero yo funciono así: Cuando estas asfixiado en el curro y te tomas un mínimo descanso mental, pasando de la pantalla de subcuentas del Contaplus directamente a tus devaneos oníricos, desconectas y piensas por un momento como serán tus próximas vacaciones de verano (con el pepino en la mano, gran peli, por cierto :D). Y te pones a divagar y a hacer planes, pero enseguida te das cuenta de que quedan muy muy lejos, Casi un año por delante. Que mal rollo.

Entonces te pones a pensar en las Navidades. Que bonitas lucecitas, nieve, atracones, consumismo (o no, que habrá recesión) y peleas con la familia. La cosa no es muy halagüeña, pero sacas ese positivismo que llevas dentro y susurras "Bueno, unos días libres, eso es lo importante".

Pero enseguida te das cuenta de que quedan varios meses para disfrutarlas (o sufrirlas), y te pones a buscar como un loco en el calendario algún puente salvador. Cuando compruebo, con evidente desencanto, que ya no hay más puentes salvadores este año, aparte de la desidia que te entra, bajas el listón y te pones a pensar en el fin de semana, un mal menor.

Claro, si fuera viernes sería cojonudo, pero si da la casualidad que estamos a martes, un suponer, el fin de semana está tan lejos que no te anima el día ni una entrada triunfal de Fofito en la oficina en ese mismo momento. Bueno, reflexionas, ya queda menos para salir e irme a casa.

Esto sería un alivio si no fuera porque todos estos pensamientos los haces a las 9 y cuarto de la mañana. Toda la jornada laboral por delante se hace muy muy cuesta arriba. "A ver si mi compañero baja un poco antes a tomar el café de media mañana ..." e intentas volver a concentrarte en el curro, pero pasan los minutos tan lentamente, tan lentamente ... y ese puñetero cuadro de financiación sigue sin cuadrar ... así que decides que te mereces un break ...

... y disfrutas como un bellaco de esos 5 minutos de tocarte las narices en la máquina del agua.


Imagen: Vending97.com

Concluyendo. Hipótesis de trabajo I: El cortoplacismo del ocio es el motor vital del oficinista por cuenta ajena. Hipotesis de trabajo II: La máquina del agua es un invento de los jefes para que los empleados no mandemos todo al carajo a la mínima de cambio. He dicho.

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